Una tabla de maridaje es una opción práctica y vistosa para cualquier reunión. No hace falta complicarse demasiado: con algunos productos bien elegidos puedes ofrecer variedad de sabores y texturas que se disfrutan en grupo. Además, es un formato que invita a probar poco a poco, sin prisas y en un ambiente relajado.

Potencia una cena con una tabla de maridaje

Una tabla de maridaje aporta variedad y hace que la cena sea más interesante. Al juntar quesos suaves y curados, embutidos, algo de fruta o frutos secos, se consigue un contraste de sabores y texturas que enriquece cada bocado. No se trata de complicarse, sino de combinar opciones distintas para que todos encuentren algo a su gusto.

Además, mejora el ambiente en la mesa. Cada persona puede probar lo que quiera y descubrir combinaciones diferentes sin un orden fijo. Esto hace que la cena sea más participativa y relajada. Si se acompaña con un vino, una cerveza o la bebida adecuada, los sabores se complementan y la experiencia resulta más completa.

¿Cómo montar una tabla de maridaje en casa?

Para preparar una buena tabla sin complicaciones, conviene seguir estos pasos:

Define el tamaño y el tipo de reunión

Antes de comprar, piensa en cuántas personas serán. Si es una cena íntima para dos, bastan tres o cuatro opciones distintas. Si hay más invitados, se aumenta la variedad. También ayuda definir si la tabla irá como aperitivo o será el centro de la mesa principal.

Selecciona una variedad de productos

Es fundamental tener contraste entre todos los productos. Algunas ideas que funcionan muy bien, son:

  • Un queso fresco, suave, que aporte ligereza.
  • Un queso semicurado o de pasta semiblanda con algo más de carácter.
  • Un queso más fuerte, curado, picante o azul, para los que gustan de sabores marcados.
  • Embutidos artesanales, como jamón, chorizo o salchichón, que añaden textura y sal.
  • Complementos: nueces, pan o tostadas, fruta fresca o seca, algún dulce como miel o mermelada para equilibrar.

Orden y presentación

Distribuye los productos de modo que los más suaves estén separados de los más intensos, para que los sabores fuertes no dominen. Cortar quesos con antelación facilita que las personas los tomen sin líos. Usa recipientes pequeños para los acompañamientos que se pueden desparramar. Además, sacar los quesos un tiempo antes de consumirlos permite que estén cerca de la temperatura ambiente, lo que mejora su sabor.

Maridaje con bebidas

Elegir bien la bebida hace gran parte del trabajo. Los vinos blancos ligeros o espumosos combinan bien con quesos frescos. Vinos tintos de cuerpo medio-alto acompañan quesos curados o fuertes. Para contrastes, un vino joven puede romper con un queso intenso, o algo dulce combinar con queso azul. También se puede incluir bebida sin alcohol para quienes prefieren otra opción.

Elige los mejores productos

Los productos artesanales de Málaga aportan autenticidad y sabor. por lo que marcan la diferencia en una tabla de maridajes: quesos elaborados en la región, embutidos locales de calidad, conservas bien hechas… Todo ello con ingredientes buenos y métodos tradicionales.

En Happy Cheersy encontrarás productos artesanales de Málaga ideales para una tabla de maridaje: quesos con carácter, embutidos, conservas seleccionadas, que encajan con los elementos de variedad, textura y sabor necesarios.

Para asegurar una tabla memorable conviene:

  • Seleccionar productos con buen origen artesanal, que no hayan sido tratados de forma industrial en exceso.
  • Lograr equilibrio entre sabores: lo salado, lo dulce, lo suave y lo fuerte.
  • Incluir productos que destaquen por su frescura o curación adecuada.

Con los productos artesanales de Málaga, como los de Happy Cheersy, la tabla no sólo será visualmente atractiva, sino también rica en sabor, auténtica y con personalidad propia. Contacta con nosotros para saber más.